Published 10 años atras
6 años ago
Tras la presentación del proyecto de ley que busca despenalizar el aborto en tres causales; riesgo de vida de la madre, inviabilidad fetal y en caso de violación, sectores conservadores y liberales nuevamente se han visto enfrentados, del mismo modo que ocurrió con la ley de divorcio (aprobada en 2004) y la controvertida distribución de la píldora del día después. Una discusión que se ha apoderado de la agenda pública y que fue abordada en el seminario #hablemosdeaborto, realizado por la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello. Oportunidad en que se vieron enfrentadas las dos caras de la moneda, aquella que se opone a legislar en defensa a la vida del que está por nacer y la otra, que defiende el derecho de las madres a interrumpir el embarazo. En torno a esta última posición, la abogada e investigadora en temas de derecho y género, Lidia Casas, se refirió a la importancia que tiene avanzar en esta materia amparando los mínimos éticos que estipula el derecho internacional, el que dice que las mujeres puestas en ciertas circunstancias bajo la reproducción humana y su imposibilidad de interrumpir el embarazo, constituye una violación a los derechos humanos. «Los organismos internacionales en el caso de Chile desde 1995 en adelante han señalado de forma sostenida que nuestro país violenta los DDHH de las mujeres cuando impone la continuación de un embarazo bajos distintas situaciones».
Para la experta, lo que realmente se juega con este proyecto de ley es la autonomía de los sujetos para decidir sobre sus propios destinos » si una mujer quiere asumir su propio riesgo vital, presente o futuro -porque es su derecho asumir- me parece que debe ser acompañada, respetada y contenida (…) de la misma manera creo yo, con un feto no viable, incompatible con la vida extrauterina (…) hay que contar la historia completa, y la historia completa es que hay mínimos éticos. Este es un proyecto que no obliga a nadie, al contrario, posibilita a las mujeres a poder decidir en contextos difíciles. Y si actualmente ya se realizan abortos terapéuticos, este proyecto lo que hace es evitar el efecto paralizante que tienen algunos servicios clínicos».
Finalmente, argumentó que nadie puede ser obligado a ser mártir o heroína porque ´no es el objetivo del derecho «el derecho está para regular conductas humanas, por lo tanto, si uno se pregunta si esta ley -así como está- protege algo, yo digo que no protege nada y solo crea efectos nefastos».
Expositor: Lidia Casas, Abogada e Investigadora Universidad Diego Portales